“Trabajo en la AAP desde 1999. Ya empecé como banderillero. Es todo una vida acá. Entre muy chico, entré a trabajar acá y no paramos. Tengo 46 años, ingresé a los 21”.

El que habla es Gabriel Lencina. Más conocido como Gaby, o el Negro. Es el banderillero más famoso del mundo. Primero, por su experiencia y por llevar tantos años en el deporte. Segundo, porque se ha vuelto un símbolo en su oficio, por la forma en que trabaja y la pasión que le pone a su oficio. Cuando hay un gol de su lado, que suele ser el tablero de la 2 o el arco de Libertador en la 1, esa banderita roja parece cobrar vida.

Esta es su historia, una historia que comienza en San Miguel y desde muy chico lo tuvo vinculado al polo. En este Abierto de Palermo, cumple 25 años como banderillero. Un lujo…

-Gaby, antes de ingresar a la AAP, ¿sabías algo de polo?

-Sí, porque de chico trabajé en Indios, con el Ruso Heguy. Primero con los caballos y después como banderillero en el club.

-¿Ya te gustaba el polo cuando empezaste?

-Sí, por supuesto. Me gustaba el polo desde chico. Mi casa daba a la cancha 5 del club, y nos trepábamos a un paredón para ver los partidos. Y ahí con un grupito de amigos nos hicimos fanáticos de Chapa.

-El club Indios estaba en una zona humilde, en San Miguel. Es curioso que en vez de ser fanáticos del fútbol, que es la lógica, se hicieran fanáticos del polo.

-Sí, de chico empecé a seguir el polo y se nos hizo una pasión a mí y a un grupo de amigos. Hoy es mi vida.

-Cuando te encontrás con alguien que no sabe de polo y le explicás de tu trabajo, ¿qué te dicen?

-Hay que explicar todo. Desde el principio, con las reglas del juego. Antes buscaban en Google banderillero y les salía de Fórmula 1 o de guardabarreras. Ahora salgo yo, Gaby Lencina. Jajajajaja…

-¿Se sorprenden?

-Sí, cuando le decís que es polo y les explicás, les cambia su cara. El polo es conocido y les llama la atención lo que hago.

-¿Te gusta tu trabajo?

-Sí, es muy divertido. Me gusta el deporte, los caballos, la gente… Somos todos un conjunto. Imaginate que me veo con los jugadores después de muchos meses en los que ellos están jugando afuera, y para nosotros es como un reencuentro familiar. Ya es una amistad que tenemos con varios.

-¿Recordás algunos momentos épicos de tu carrera?

-Hace unos años me caí y agité el banderín arrodillado desde el piso. Creo que fue un gol de Francisco Elizalde. El video lo vio mucha gente y me felicitaron. No lo preparé; si lo preparo, no me sale. Y cuando hay un gol de Oro me emociono. La de Adolfito fue terrible, no llegaba más! Él quería entrar con caballo y todo y yo me corría esperando y me relamía para agitar la bandera. Fue muy divertido. (la referencia es a un recordado gol de Cambiaso en la definición de Palermo 2005 entre La Dolfina y Ellerstina).

-¿Alguna vez tuviste miedo?

-No, para nada. He tenido algún choque, pero sobreviví, jajaja.

-¿Qué significa el polo para vos?

-¡Toda mi vida! Me dio todo, mi trabajo, amigos, buenos momentos. Estoy muy feliz.

-¿Qué te falta?

-Viajar. Sería lindo viajar a algún país a hacer de banderillero. El que me quiera llamar, estoy listo. Pero soy muy feliz con el polo.

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